Respuesta Sexual Femenina, guía de usuario

Gracias al gran trabajo que realizaron en los 60 el ginecólogo William Masters y la psicóloga Virginia Johnson se pudo crear el primer boceto de “Respuesta sexual humana”. Hoy es competencia personal traerte el fruto de años de investigación sobre sexualidad y hablar de cómo está conceptualizada la respuesta sexual. Como buen caballero que soy, hay que dejar que las damas vayan primero.

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La Respuesta Sexual Femenina comienza por la fase de excitación, la cual acontece gracias a diferentes tipos de estimulación. Esta estimulación puede ser una caricia, un beso, una mirada e incluso con la propia imaginación. La estimulación genera en el organismo femenino cambios anatómico-fisiológicos, tales como, mayor lubricación de las paredes vaginales -las cuales se alargan y ensanchan preparándose para la penetración-  los pezones y el clítoris entran en erección para generar mayor sensación de placer, las glándulas de Bartolino secretan mucosa, etc. Todos estos cambios vienen desde que se inicia la excitación y van en aumento hasta la siguiente fase, todo con el sentido de preparar al organismo para el encuentro erótico y el clímax del orgasmo.
La siguiente etapa correspondería con la fase de meseta. Aquí los cambios mencionados anteriormente llegan a su punto álgido. La frecuencia cardíaca se ha incrementado, la respiración funciona a base de jadeos, la piel se enrojece debido al rubor sexual… la tensión es máxima y prepara al cuerpo a su crescendo erótico.
Ahora lo que viene a continuación es el ¡BUM!, el clímax, el éxtasis, la petite mort… Y esto no es otra cosa que el orgasmo. Toda la tensión acumulada a lo largo de las anteriores fases se libera en forma de contracciones musculares rítmicas en las áreas periféricas del útero, vagina y zona perianal. A nivel psicológico supone un cese total de la actividad mental y una sensación de goce sin igual. Vamos, mucho gustirrinín.
Ya para finalizar el acto entra en escena la fase de resolución en donde el cuerpo vuelve poco a poco a su estado original y los cambios van desapareciendo paulatinamente. En la mujer si la excitación y la estimulación se prolongan en el tiempo se podría retornar a la fase de meseta, impidiendo que la excitación disminuya y con ello alcanzar nuevos orgasmos. Por lo tanto estaríamos a tiempo de un bis.
¿Eso es todo? Pues no, ya que quedaría hablar de la fase de deseo, incluida a posteriori del original de Masters y Johnson. Esta fase ocurre antes, durante y después de los encuentros eróticos y por ello acompaña a todas las fases y a su vez las regula. Es una conjunción de impulsos, sensaciones, apetencias, expectativas… que hace que exista mayor predisposición o no a vivir un encuentro erótico y a disfrutarlo. A su vez puede potenciar las diferentes fases, o todo lo contrario, ejercer un efecto inhibidor y limitar el placer. El deseo es algo totalmente subjetivo pero tiene el poder de modular los diferentes cambios anatómico-fisiológicos de los que hemos hablado y sobre todo modula la satisfacción posterior al encuentro (haya habido o no orgasmo).
Ahora ya toca despedirme hasta la semana que viene, que te hablaré de La Respuesta Sexual Masculina. ¡Te espero aquí el próximo miércoles!

Escrito por Juan Mª Soler Martínez

Licenciado en Psicología, especializado en Terapia de Parejas y Sexología

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3 Comments to Respuesta Sexual Femenina, guía de usuario

  1. Jesus Martínez Muñoz dice:

    Cada semana me sorprende la capacidad narrativa y detalles utilizados muy buen artículo felicidades espero el próximo

  2. Aurora dice:

    Es posible que una mujer sienta mucho placer sexual cuando le chupan el dedo gordo del pie?

    • Juan Mª Soler Martínez Juan Mª Soler Martínez dice:

      Hola Aurora y muchas gracias por haber hecho una pregunta tan buena. Como ya introducía brevemente, en la fase de deseo se recogen todas aquellas apetencias, particularidades, experiencias, fantasías y un largo etcétera que hacen que el resto de fases vengan por si solas o por el contrario se atenúen. A la par, existe una gran tendencia a pensar que el placer es único y exclusivo de nuestros genitales, cuando en realidad tenemos miles de millones de terminaciones nerviosas recorriendo cada milímetro de nuestra piel.
      Por lo tanto, la respuesta es SÍ. Nuestro cuerpo está preparado para el placer y si además le añadimos el componente mental que hace que el deseo y la fantasía aumenten lo demás viene solo.
      ¡Gracias por leernos!

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