¿Es la solución ser menos sordos y ser más música?

Voy a empezar por lo importante: muy buenas a todos. Que eso de saludar se está empezando a perder. Soy Romero, el mismo de la semana pasada que escribió “¿Y si el problema es querer y no poder tener sexo?”. Como dije, una de las metas que busco es conocer a alguien para mantener relaciones y por ello me apoyo en este blog. Tengo claro lo que quiero así que lo rescataré en cada texto mientras se me permita:

Soy una persona con diversidad funcional, tengo 24 años, soy de Granada y busco a alguna mujer con quien poder mantener relaciones sexuales. No me importaría tener que desplazarme a según qué sitios.

Bien, una vez aclarado esto voy a continuar con mi segundo objetivo en este blog: dar voz a las inquietudes de las personas con diversidad funcional. En la entrada de la semana pasada hablé sobre varias cosas interesantes, pero de forma general ya que era algo así como una carta de presentación.
Voy a hacer un juego contigo. Una especie de experimento para que de alguna forma llegues a comprender en tus carnes mi situación. Bien, ahora voy a escribir una serie de palabras y quiero que pienses en algo muy importante. No en lo que significan, para nada. Quiero que te fijes en tu reacción al leerlas. Quizá si lo haces en voz alta te resulte más fácil. ¿Preparado/a? Ahí voy:

Eyaculación. Felación. Cunnilingus. Mamada. Penetración. Sexo. Masturbación. Deseo sexual. Coito. Comida de coño. Sexo anal. Fantasías sexuales. Sexo oral. Corrida. Chupar una polla. Follar. Hacer el amor. Meterla. Sacarla.

Creo que con eso vale. ¿Qué reacción has tenido? Evidentemente yo no la puedo saber. Puedo llegar a suponer cuál ha sido. La de normalidad. Palabras que entran dentro de tu vocabulario y que no te resultan para nada ‘impactantes’. Ya te digo, puedo llegar a suponerlo visto lo visto.

Lo que sí te puedo asegurar es lo que siento yo al leerlas, escucharlas e incluso ahora al escribirlas: extrañeza. Palabras ajenas. Sí, sé lo que significan todas y cada una de ellas. Pero de una manera lejana. Extraña. Yo soy alguien desconocido para ellas y ellas son desconocidas para mí. Y esto es incómodo de cojones.

Es como si a ti no te gusta el fútbol y te hablo del fuera de juego, la chilena o el hat-trick. Probablemente todas te suenen y sepas lo que son, pero de una manera… lejana. Así me siento yo con el sexo. Lejanos ambos. Y no debería de ser así. Me da cierto apuro hablar de sexo (por eso lo hago desde el anonimato). ¡Si hasta me resulta incómodo hablar de actrices porno que me gustan! Y las hay.

Pero, ¿por qué? Si es algo natural. Que me gusten actrices, que me agraden posturas, que me agraden escenas, que me agrade masturbarme… Creo que yo sé la respuesta: me siento con menos derecho a hablar de sexo. Y no sólo eso, no lo hablo porque no tengo de qué hablar. Es como aquello que dicen de “mejor parecer tonto que hablar y confirmarlo”.

Es como un calvo hablando de pelos. Un ciego de colores. Un sordo de música. Aunque en esto último tenemos el famoso ejemplo de Beethoven. Igual es eso.

Igual debería de darme tres voces a mí mismo para despertar. Para creerme que me lo merezco. Hablar sin miedo “Hasta el día de hoy no he follado y quiero follar, ¿qué pasa?” Igual debería de ser menos sordo y ser más música. Igual tú, si si, tú, deberías dejar de ser la nota perdida de la partitura y ser más Beethoven.

Ya no sólo hablo de sexo. Hablo de la vida. Una película que me encanta, Las ventajas de ser un marginado, dice una frase que adoro: aceptamos el amor que creemos merecer.

¿Qué tal si empezamos por lo último?
Por cambiar lo que creemos merecer y respetarnos un poco más.

Romero. Granada.

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Escrito por admin

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5 Comments to ¿Es la solución ser menos sordos y ser más música?

  1. Lola la malagueña con gafas de pasta ;) dice:

    Muy bueno, Romero! Te leí la semana pasada y estaba deseando saber si ibas a volver a publicar algo porque me ENCANTA como escribes. Les he dicho a las compañeras de clase que te lean porque tienes una forma de escribir que parece que nos estés hablando.

    • Romero dice:

      Muchas gracias mujer con gafas de pasta 🙂 Puedes estar tranquila, si la vida me lo permite (y sino también) estaré por aquí cada jueves dando guerra.

      Un abrazo, Lola.

  2. Sabela. dice:

    Me has llegado al alma, Romero. Me has puesto un nudo en el estómago. De verdad que aplaudo tu valentía al escribir y espero que consigas conocer el sexo como se mereces.
    Tienes un corazón grande.

  3. Sabela. dice:

    Ojalá te lea mucha gente.

  4. Elkin W. Sarmiento dice:

    Hola! Soy profesor universitario de Ciencias de la Esucación en Bogotá, Colombia. Creo que ustedes están en España. Lo digo porque es una lástima porque me gustaría invitar a la persona que ha escrito este artículo, y el de la semana pasada que también lo he leído, a una de mis clases. A mis alumnos les ayudaría mucho recibir una conferencia de usted.

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