
¿Influye la sexualidad de la infancia en las relaciones adultas?
La sexualidad se vive y se manifiesta de diferentes maneras a lo largo de todo el ciclo vital. Es como construir una pirámide, las piezas de la base afectan a la estabilidad de las piezas que se vayan colocando más arriba.
Si hacemos un recorrido de cómo vivimos la sexualidad a lo largo del ciclo vital, empezando por la infancia, es importante señalar que ya cuando somos pequeños los genitales son nuestra principal fuente de placer. El psicoanalista Sigmund Freud describió este desarrollo sexual por etapas denominadas “las fases del desarrollo psicosexual”, por eso es muy común que cuando el niño se hace caca encima tenga una expresión facial de relajación o felicidad (fase anal), o que los niños jueguen con sus genitales o se rocen contra superficies o entre ellos en busca de placer (fase genital) o que lleven a cabo “juegos eróticos” (¿jugamos a los médicos?). Como padres, profesores o psicólogos lo que no debemos hacer es ni reprimirlo ni discriminarlo ya que es una necesidad vital y también un ejercicio de autoexploración importantísimo en los primeros años de vida. Lo que sí podría ser trabajado con el niño o niña es la diferenciación entre tocamientos o experiencias sexuales realizados en el lugar y en el momento adecuados, frente a los que se realizan en situaciones inapropiadas. Así aprenderán en qué contextos deberían hacerlo y en cuáles podría estar mal visto. El autor Hite defiende que el 45% de las niñas experimenta orgasmos sobre los 7 años, y más del 60% a la edad de los 12 años. Asegura que las niñas ejercen estas conductas antes que los niños. Hay incluso quien mantiene que existen orgasmos antes del nacimiento.
En lo que se refiere a la adolescencia, es la etapa de mayor cambio hormonal y físico, aparecen nuestras primeras fantasías sexuales y la necesidad de masturbarse o de buscar pareja. Ellos se preocupan por el tamaño del pene y por tener la primera relación sexual mientras que ellas se preocupan por el tamaño de los pechos y esperan enamorarse de alguien, generalmente, unos años mayor. Empiezan a aparecer las primeras conductas de “petting”, roce sin penetración, hacia los 16 años. Y el fenómeno “Ready Teddy” empieza a cobrar importancia, que es esa necesidad de contraer la primera relación sexual para ganar prestigio en el grupo social. Todo esto nos demuestra que la sexualidad desempeña diferentes papeles a lo largo de la vida.
Analizado lo importante que es, ¿veis también la relevancia que tiene tener una sexualidad satisfactoria desde el principio? Más que satisfactoria, normal, sana. Y digo normal porque es un área que nos acompaña a lo largo de nuestro crecimiento, así como nuestra personalidad se va forjando con los años hasta que nos identificamos con la persona que somos y somos capaces de definirnos (tarea muy importante para nuestra autoestima), la sexualidad también va desempeñando diferentes funciones hasta que encontramos nuestra identidad sexual y nuestras preferencias sexuales.
Los niños o adolescentes que han sufrido abusos sexuales, tocamientos, agresiones o a los cuales se les ha impuesto un rol sexual, o bien aquellos a los que se les ha inculcado que el sexo es algo malo, es algo “sucio”, un tema tabú del que carecen de información o del que no se puede hablar en casa, son niños con más probabilidad de arrastrar problemas sexuales en el futuro, en su vida adulta. Muchas veces estos abusos o carencias se traducen en represiones, en autoflagelaciones, en filosofías de vida machistas o en disfunciones sexuales. Como decía al principio, nuestra sexualidad se construye desde que somos pequeños, donde creamos los cimientos. Esos cimientos son fundamentales, y tienen un peso muy importante en lo que vayamos construyendo con los años. No obstante, aun siendo importantes no son determinantes al 100%. Algo que nace torcido también se puede enderezar, por supuesto. Sería cuestión de llenar todo aquello que en nuestros primeros años de vida ha permanecido vacío, o bien de reestructurar y modificar pensamientos y experiencias traumáticas. ¿Estáis de acuerdo?
Por mi edad os garantizo que el sexo en mi infancia y adolescencia era todo tabú. Y yo soy de ese tanto por ciento que no me dejó ningún trauma.
¡Buenas tardes Jmsr! Cada vez somos más los que aun no habiendo tenido educación sexual no hemos arrastrado ningún trauma y disfrutamos plenamente de la sexualidad. Me alegro de que también sea tu caso. ¡Muchas gracias por comentarme!