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Ser sexy, ¿Qué es para ti?

Seguramente no tendremos una definición idéntica, pero supongo que algo coincidirá con la tuya, por lo menos en el marco de nuestra cultura. Ser sexy es sinónimo de tener cierto atractivo físico y sexual, es una persona así como muy deseable, algo que probablemente te gustaría para ti. Es algo parecido a lo que ocurre con la riqueza, casi todo el mundo quiere tener un nivel adquisitivo razonablemente alto. Esta es la razón por la que muchos anuncios juegan con estos deseos, te presentan a gente de la burguesía media-alta utilizando un perfume mientras está de vacaciones paseando por la carretera de la costa en su coche deportivos rojo metalizado, todo con un toque de sexualidad como el principal incentivo. Porque si tienes todo eso, la petas.

Por lo general, los anuncios además de divertir y animarte con frases de doble sentido, hacen que quieras ser como la gente que aparecen en el mismo así que te hacen creer que tal vez, comprando el producto anunciado, tu vida se parecerá a la de esta gente suertuda. A este fenómeno se le llaman identificación, a pesar de estar todos basados en la heteronormatividad.

Para que un anuncio tenga éxito, tiene que llamarte la atención. ¿Y cuál suele ser el recurso? La sexualidad. Este es un factor que llama la atención, por esta razón, numerosos anuncios publicitarios recurren al desnudo, a las insinuaciones sexuales y a gente atractiva y sexy para seducirte por la vista y el oído. Es tal la fuerza que tiene que incluso las personas que reaccionan en contra del empleo de la sexualidad en la publicidad, suelen fomentar sin pretenderlo la publicidad del producto, porque generan polémicas que le dan vidilla a la marca. Aún así, no esta de más visibilizar críticas constructivas (o destructivas, según el caso). Pensaras, “que exageración decir todos, hay algunos que no”. Si es así, te reto a que pienses uno, seguro que hay, pero te costará encontrarlo.

Si bien es cierto  que algunos productos no utilizan la publicidad con tintes sexuales explícitos,  por lo general siempre que es posible se utiliza la referencia más o menos de la sexualidad. Y es que los anuncios que no recurren descaradamente al incentivo sexual para pregonar las excelencias de un producto, echan mano de los roles de género. Y ahí, sí que ya no me puedes decir que no.

Por lo general, las mujeres que aparecen suelen ser mujeres esbeltas, de piel tersa, monísimas, y peinadas perfectas. La “típica ama de casa” que se viste impecable para limpiar. Por otra parte, hombres con su melenaza, haciendo cosas de “hombres”, como conducir coches, o beber cerveza, o cualquier cosa menos limpiar. No obstante, a veces los roles de género tradicionales se trastocan en uno u otro sentido, pero por lo general lo que hacen es perpetuar los mismos desde otro enfoque más perverso. Si estás pensando, yo he visto anuncios de limpieza y salen hombres, ese es un claro ejemplo. Suelen ser anuncios “simpáticos” donde se muestra a los hombres torpes en esa situación, o “ridículos”, porque o bien, no saben hacerlo o yo que sé, pero el caso es que la mujer es la que le quita, y lo acaba ella, o lo hace mejor…  Por lo que en este caso la idea de ser ellos no es precisamente atractiva.

Un ejemplo de esta doble intención de los “cambios”.
Una mujer llama por teléfono a un hombre para que le invite a tomar una copa de 1234Crianza y cenar, de manera que se supone que ya introduce la idea de una mujer “liberada”, pero esto se traduce en un anuncio que proclama los encantos de una colonia, porque él dice, “puedo traer la comida a casa y freírla en una sartén, pero nunca, nunca olvides que eres un hombre”. Ya lo han cagado.

Espero que ahora veas los anuncios con otros ojos, seas más crítica y te invito a que, si quieres, compartas el enlace de alguno y los comentemos. Y sino, pues para ti la reflexión.

Un besito!

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