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Erizar la piel. Repasar cada curva y cada vértice de su cuerpo. Provocar escalofríos.

Todos sabemos lo placentero y erótico que resulta dar un masaje relajante a nuestra pareja, en este caso a una mujer… pero si además de un buen contexto lleno de olores, sonidos y sabores añadimos una pizca de técnica, el resultado mejora exponencialmente.

Esta semana voy a explicar de una forma bastante teórica, tres formas de dar un masaje erótico femenino estimulando, en especial, los genitales.

Primeramente  e igual que en el masculino, es muy importante comenzar con un masaje corporal utilizando algún tipo de aceite. Es además recomendable masajear primero  zonas como la espalda para liberar tensión, el cuello dada su carga erógeno y los glúteos para convertir ese alivio inocente de la tensión, en algo sexual. Comenzamos pues masajeando suavemente la espalda para activar la circulación, y seguimos ejerciendo algo más de presión para soltarla musculatura e ir subiendo hacia el cuello. Es recomendable detenerse aquí, en especial en la zona de la nuca ya que es de las más sensibles y placenteras.

Una vez hecho esto, puedes ir bajando hacia las lumbares haciendo movimientos circulares hasta llegar a la zona de los glúteos, donde te pararás y moverás tus manos alternándolas, y realizando círculos con una ligera presión. Sin llegar a separar las manos de su cuerpo, y aprovechando para comenzar a estimular los senos le pedirás que se de la vuelta para pasar a la zona genital.

Para comenzar esta parte central del masaje erótico, es importante que primero uses tus dos manos por separado: una acariciará uno de sus pechos mientras que la otra se acerca a la ingle. Aquí empieza la parte interesante, ya que deberás mantener la mano que tienes en su pecho ocupada, mientras comienzas a “repasar” de forma externa su vagina. No te detendrás en ningún punto pero repasarás desde las inglés, hasta el monte de venus seguido del clítoris. Es importante que no muestres intención de parar en el clítoris y sigas estimulando al mismo tiempo su pecho, ya que así harás la tensión aumentar e irás creando un ritmo para dar cada vez más intensidad.

Llegado este momento, comenzarás el segundo de los pasos de este masaje tan “técnico” a la par que excitante. Con tu dedo pulgar de la mano derecha, acariciarás sus labios mayores mientras que con el índice lo sujetas por la parte más externa. De esta forma lograrás estimular el exterior de la vagina simulando una masturbación, pero de una forma incluso más sugerente. Además, puedes ir bajando la mano que tenías en su pecho para hacer lo mismo con el otro labio, acariciando así ambos lados de su vagina con tus dos manos, ejerciendo cada vez un poco más de presión para inducirla a un cierto ritmo de contracción.

Una vez realizado este movimiento durante unos minutos, comenzarás a masajear también los labios menores pero esta vez, en forma de movimientos circulares. Para esto, necesitarás usar tres dedos : el pulgar, el índice y el corazón. El pulgar lo colocarás en la zona externa de los labios mayores, el índice entre los mayores y los menores y el corazón, por la cara más interna de estos últimos. Así, podrás estimular al completo toda la zona vaginal sin llegar a introducir del todo ningún dedo pero realizando esta vez movimientos de arriba abajo con el índice y el corazón, mientras el pulgar los sigue realizando círculos imaginarios.

Lo bueno de este último paso, es que al realizarse en sentido vertical te permite tener acceso al clítoris con una de las manos, o incluso a introducir tus dedos en su vagina mientras con la otra mano realizas el movimiento que acabo de explicar.

No importa cuanto tiempo os paséis estimulándoos y masajeándoos, de hecho es posible que incluso lleguéis al orgasmo sin necesidad de una penetración, así que…  ¡olvidad el reloj y disfrutad de todo vuestro potencial sexual y todas vuestras ganas !

Beck

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